En la Universidad escuche en repetidas ocasiones que no era lo mismo trabajo y empleo, “estudie” que el trabajo era utilizar mis habilidades natas y adquiridas para generar valor para mí o para otros, por lo tanto soy una persona valiosa, ya que genero valor. En el empleo se genera valor ya que se trabaja pero trabajo para otros y estos extraen y se apropian de este valor.
Estudiamos que la organización era la clave para cualquier movimiento social, que sin esta no existía nada concreto. A la par de la organización esta la planificación, la solidaridad, la autogestión, como bien lo sintetizo un catedrático en sus lecciones de “Economía Solidaria”.
Estudiamos que la organización era la clave para cualquier movimiento social, que sin esta no existía nada concreto. A la par de la organización esta la planificación, la solidaridad, la autogestión, como bien lo sintetizo un catedrático en sus lecciones de “Economía Solidaria”.
Aprendimos que había que leer las estadísticas de maneras diferentes a las convencionales, que el hecho que exista bajo empleo no quiere decir que exista poco trabajo, que si nuestro PIBpc es elevado no quiere decir que todos recibamos lo mismo sino que hay ejes concentradores y centralizadores de riqueza. Caímos en la cuenta que en el país la única ciudad desarrolla es San Salvador pero que con trabajo, inventiva e iniciativa las demás zonas del país podían desarrollarse, y que desarrollo es mucho más que crecimiento.
Aprendimos que los tratados y las relaciones comerciales con otros países no funcionan para beneficio mutuo si estos son extremadamente disparejos en intenciones, tecnologías, riqueza, tamaño, valores, etc. También se nos abrió la mente para que la equidad de género fuera “eje transversal” en todas nuestras labores y acciones, y que no fuera un apartado extra sino que fuera un esencia de nuestro pensamiento.
A pesar de todo esto, nunca pudimos organizarnos como colegas, nunca creamos nada juntos. Habiendo tanto talento y nunca lo pudimos usar de manera organizada y con un fin único, mas que para fomentar nuestros intereses académicos.
Ahora la mayoría nos hemos empleado pero que tanto hemos trabajado para todos los fines que aprendimos. Me imagino está en nuestros planes a futuro trabajar por estos ideales, pero qué es el presente sino la creación constante del futuro.
Me recuerdo de una frase de un catedrático, el dijo que en un estudio en Sidney, Australia, se había comprobado que a medida pasa el tiempo las personas dejan de ser idealistas y revolucionarios y se acoplan a su entorno, se vuelven menos “rojillos”.
Yo le creo, porque no estamos unidos. En la Universidad uno siempre fomenta ideales, porque hay un grupo de gente que esta siendo guiado y formado constantemente, que se reúnen a discutir sobre los temas que van viendo en clases y que poco a poco forman el gajo de problemas que consideramos importantes para nosotros y para la sociedad. Pero de que sirvió esto si no hicimos nada.
Recuerdo otro catedrático que dijo “hoy que se gradúan, lo que les dan es el diploma para empezar a aprender” y que mejor aprendizaje que el haber fallado durante un lustro. Imaginemonos un trabajo con aplicación a la realidad que haya nacido de todos nosotros, estuviera más orgulloso de lo que estoy, porque fomentamos carácter y no solo la inteligencia.
Digo estas palabras no para hacer ECO ni para reprochar, ni para pretender ser quien no fui antes, sino que las digo para desahogarme de lo que sentí y nunca dije. Espero apliquemos todo nuestro conocimiento en cuestiones útiles, como preparar a alguien más, no solo a nosotros mismo, en actuar realmente en cuestiones de provecho para los que no son minorías como muchas mujeres que conocí en la carrera, a las cuales considero ejemplo de vida y congruencia, ellas trabajan por los demás y emplean sus ideales.
Algún día espero que de alguien surja la necesidad de reunirse y trabajar por todos estos ideales y brechas que en la Universidad nos fomentamos. La necesidad es la madre de la invención y por eso hasta que de verdad necesitemos comprometernos, buscaremos la forma de hacerlo.
Gracias por todas las experiencias vividas y por los gratos e ingratos momentos. Gracias por las bondades y las cabronadas que me hicieron, fui feliz todo el trayecto y sigo siéndolo a pesar de estar un poco desanimado. Les felicito por el Mérito alcanzado y espero lo compartan con mucha gente a lo largo de sus vidas. Espero más que nada que esta etapa no haya sido la más feliz y la más grata de toda su vida, ya que de serlo así que poco aspiramos a vivir.
Un brindis por los graduados y por los que eventualmente llegaremos.
"Pero aquí abajo abajo, cerca de las raíces, en donde la memoria ningún recuerdo omite, hay quienes se desmueren, y hay quienes se desviven, y así entre todos logran, lo que era un imposible, que todo el mundo sepa, que el sur también existe"
Mario Benedetti
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