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domingo, 28 de agosto de 2011

De los malos ratos.

Para mí la vida sin dolor, no es vida. El dolor y el placer, la tristeza y la alegría, el bienestar y malestar, todos dan un contraste a nuestra realidad, no podemos valorar uno sin el otro. 

Usualmente aquel que vive (o percibe) las mayores decepciones y frustraciones tiende a valorar las alegrías de manera inmesurable, les da una gran importancia y esto se debe a lo que ha tenido que padecer antes de alcanzarlas.

El vivir cosas trágicas y el percibir las cosas de manera trágicas son dos vivencias que determinan a las personas de diferente manera. Para mí, alguien que ha pasado por vivencias trágicas se vuelve una persona mucho más fuertes y a medida estas tragedias le son constantes, cada vez se vuelven mas y mas fuertes, si es que deciden afrontarlas. Uno conoce a personas realmente fuertes, a quienes les llueve sobre mojado día tras día y a pesar de eso tienen un espíritu inquebrantable. 

Ellos son mayoría en el mundo: Aquellos que sufren de hambre, discriminación, inmigrantes, mojados, víctimas de violación, desempleados con hijos y familia que dependen de ellos, marginados, etc. Este mundo esta cargado con emociones duras que a todos nos tocan vivir tarde o temprano. 

Fuente: www.memebase.com
También estan aquellos que perciben las cosas de manera trágica y que para ellos sus vidas son una constante novela de decepciones, tristezas, traiciones, injusticias, etc. Estas personas perciben la vida de una manera muy peculiar, piensan que todos confabulan contra ellos, que el Destino, el Karma, Dios o los Creadores de nuestra realidad se han obstinado en generarlos a ellos y crearles un entorno cínico y satírico en el que toda la realidad les hace burla a ellos y juega con sus emociones. Dentro de sus problemas son las percepciones que sus amigos dicen, el detalle que no les dieron cuando ellos lo esperaban, el noviazgo que nunca pudo ser, sentirse triste porque su familia no cumple todos sus caprichos, que lastima no tener un iPad, salir de la casa sin el mp3 y eso hará que pase aburrido todo el día. Cosas que pueden a ellos hacerlos sentir mal, deprimidos, que se sientan mal por todas las tragedias de la vida.

Estos afrontan los problemas con negaciones, con críticas, sin propuestas, con resentimiento y con desprecio. Estos se vuelven cada vez más débiles porque su percepción de la realidad empeora más y más. En este mundo me siento incluido. Lastimosamente me he dado cuenta que muchas personas en la actualidad carecemos de conciencia y de identidad humana y nos quedamos con nuestra conciencia social.

Mi sociedad o mi entorno es muy diferente que el entorno humano en sentido amplio. Vivo en una  ciudad Capital, voy a la universidad, tengo un trabajo en el sistema financiero, soy hombre, me alimento tres veces al día, puedo usar internet desde mi teléfono, vivo en America, no tengo obligaciones más que velar por mí mismo y por mi futuro. 

Pero el entorno humano en sentido amplio es diferente: mas de la mitad del mundo vive en extrema pobreza, no come lo suficiente en el día, carecen de acceso a agua potable, contienen mas de alguna enfermedad debido a la precariedad higiénica de su entorno, viven en Africa o Asia, la mayoría de personas son mujeres, tienen alrededor de 2 hijos a los cuales cuidar y velar por su manutención, tienen trabajo pero no empleo, los gobiernos los oprimen en dictaduras o tratados de libre comercio, viven de la agricultura y su finalidad es coexistir de manera apropiada con el medio ambiente (que les da de comer) y con sus vecinos (quienes los apoyan en las malas, ya que solos imposible).

Hay mucho que aprender de la mayoría del mundo, es necesario que minorías privilegiadas como nosotros dejemos de ver nuestros problemas sociales y nos involucremos en los problemas humanos. Identificarnos como mundo. Que la globalización no solo sea económica sino humana. 

Dejemos de percibir problemas y empecemos a resolverlos, empecemos a identificarnos a dejemos la indiferencia a un lado y actuemos. Al final es por nosotros mismos, como humanidad.

Como bien me dijo una estudiante de Medicina y voluntaria de vocación, "da media hora de tu día y podes alegrarle el día a alguien más", ese día ella me motivo mi día y todavía sigo con muchas metas en la cabeza. A trabajar de donde creamos que podamos ayudar, pero hagamos las cosas convencidos de que "un mundo mejor es posible".

miércoles, 10 de agosto de 2011

El trabajo y el empleo.

En la Universidad escuche en repetidas ocasiones que no era lo mismo trabajo y empleo, “estudie” que el trabajo era utilizar mis habilidades natas y adquiridas para generar valor para mí o para otros, por lo tanto soy una persona valiosa, ya que genero valor. En el empleo se genera valor ya que se trabaja pero trabajo para otros y estos extraen y se apropian de este valor. 


Estudiamos que la organización era la clave para cualquier movimiento social, que sin esta no existía nada concreto. A la par de la organización esta la planificación, la solidaridad, la autogestión, como bien lo sintetizo un catedrático en sus lecciones de “Economía Solidaria”.

Aprendimos que había que leer las estadísticas de maneras diferentes a las convencionales, que el hecho que exista bajo empleo no quiere decir que exista poco trabajo, que si nuestro PIBpc es elevado no quiere decir que todos recibamos lo mismo sino que hay ejes concentradores y centralizadores de riqueza. Caímos en la cuenta que en el país la única ciudad desarrolla es San Salvador pero que con trabajo, inventiva e iniciativa las demás zonas del país podían desarrollarse, y que desarrollo es mucho más que crecimiento.

Aprendimos que los tratados y las relaciones comerciales con otros países no funcionan para beneficio mutuo si estos son extremadamente disparejos en intenciones, tecnologías, riqueza, tamaño, valores, etc. También se nos abrió la mente para que la equidad de género fuera “eje transversal” en todas nuestras labores y acciones, y que no fuera un apartado extra sino que fuera un esencia de nuestro pensamiento.

A pesar de todo esto, nunca pudimos organizarnos como colegas, nunca creamos nada juntos. Habiendo tanto talento y nunca lo pudimos usar de manera organizada y con un fin único, mas que para fomentar nuestros intereses académicos. 

Ahora la mayoría nos hemos empleado pero que tanto hemos trabajado para todos los fines que aprendimos. Me imagino está en nuestros planes a futuro trabajar por estos ideales, pero qué es el presente sino la creación constante del futuro.

Me recuerdo de una frase de un catedrático, el dijo que en un estudio en Sidney, Australia, se había comprobado que a medida pasa el tiempo las personas dejan de ser idealistas y revolucionarios y se acoplan a su entorno, se vuelven menos “rojillos”. 

Yo le creo, porque no estamos unidos. En la Universidad uno siempre fomenta ideales, porque hay un grupo de gente que esta siendo guiado y formado constantemente, que se reúnen a discutir sobre los temas que van viendo en clases y que poco a poco forman el gajo de problemas que consideramos importantes para nosotros y para la sociedad. Pero de que sirvió esto si no hicimos nada.

Recuerdo otro catedrático que dijo “hoy que se gradúan, lo que les dan es el diploma para empezar a aprender” y que mejor aprendizaje que el haber fallado durante un lustro. Imaginemonos un trabajo con aplicación a la realidad que haya nacido de todos nosotros, estuviera más orgulloso de lo que estoy, porque fomentamos carácter y no solo la inteligencia.

Digo estas palabras no para hacer ECO ni para reprochar, ni para pretender ser quien no fui antes, sino que las digo para desahogarme de lo que sentí y nunca dije. Espero apliquemos todo nuestro conocimiento en cuestiones útiles, como preparar a alguien más, no solo a nosotros mismo, en actuar realmente en cuestiones de provecho para los que no son minorías como muchas mujeres que conocí en la carrera, a las cuales considero ejemplo de vida y congruencia, ellas trabajan por los demás y emplean sus ideales. 

Algún día espero que de alguien surja la necesidad de reunirse y trabajar por todos estos  ideales y brechas que en la Universidad nos fomentamos. La necesidad es la madre de la invención y por eso hasta que de verdad necesitemos comprometernos, buscaremos la forma de hacerlo. 

Gracias por todas las experiencias vividas y por los gratos e ingratos momentos. Gracias por las bondades y las cabronadas que me hicieron, fui feliz todo el trayecto y sigo siéndolo a pesar de estar un poco desanimado. Les felicito por el Mérito alcanzado y espero lo compartan con mucha gente a lo largo de sus vidas. Espero más que nada que esta etapa no haya sido la más feliz y la más grata de toda su vida, ya que de serlo así que poco aspiramos a vivir.

Un brindis por los graduados y por los que eventualmente llegaremos.

"Pero aquí abajo abajo, cerca de las raíces, en donde la memoria ningún recuerdo omite, hay quienes se desmueren, y hay quienes se desviven, y así entre todos logran, lo que era un imposible, que todo el mundo sepa, que el sur también existe"
Mario Benedetti