lunes, 7 de noviembre de 2011

De quien creyó en mí

Reseña:
Lo que se presenta a continuación es una muestra del capricho y lo que hacen las ganas de escribir. Difiera a la tónica normal del Blog más sin embargo es para que,  si alguien se siente identificado, por ser sujeto u objeto, lo disfrute. Es una reflexión de lo que significa el aprecio y el agradecimiento. 
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Mucha gente ha sido capaz de creer en mí, en lo que hago, en lo que me propongo y en lo que sueño. Muchos me dan sus palabras de alientos y unos pocos me ofrecen ayuda en mis locuras, son todavía menos los que contemplan el mismo ideal y son contados con la mano izquierda quienes me han apoyado de corazón contra viento y marea. Pero solo ha habido una persona que englobo para mí un fin y un medio, solo una persona pudo ser apoyo moral, en las buenas y las malas y a la misma vez fue un sueño y una meta para mí. Era y es una ambigüedad para mí.

Su recuerdo es como la sombra, aparece cuando amanece, a medida pasa el día ronda por mi derecha, mi izquierda, arriba, abajo -debo decir que de una manera un tanto caprichosa- y en la noche esa sombra lo engloba todo, es omnipresente y no importa si advierto -o no- que todo es sombra. Si enciendo una luz puede que se minimice, pero al final, al cerrar los ojos, la sombra está ahí, esta en mí.

Esta persona era para mí como el atardecer; nunca habrán dos iguales. Los atardeceres son una experiencia que procuro disfrutar todos los días. Ver el sol ocultarse tras los relieves del suelo salvadoreño y entre las nubes características del trópico y la humedad nacional, hacen del evento un espectáculo. Hay días rojos, otros naranjas, algunos morados y bien pero bien pocos son verdes. Pero esta persona no es un atardecer cualquiera, sino es aquel atardecer que decidí pintar, aquel que me pareció tan bello e irrepetible -bajo cualquiera de sus criterios- que pretendí retratarlo, dejarlo en mi memoria. Pero como dijo Mario Benedetti: "eres mejor que todas tus imágenes". A pesar de tenerte en mi pintura, en mis términos, me hace falta tu originalidad; aquella propia de ti.

Es como un tatuaje, nunca se quita, puede que lo olvide por momentos o que no viva pensando en que parte de mi cuerpo esta, pero se que si lo busco, me preguntan o simplemente lo recuerdo, el tatuaje adquiere aquel relieve, te pica y dice: "Aquí estoy". Sé que no se borra, sé donde está y por más que quiera, pasa el tiempo y siempre voy a poder verlo. Sea el único o hayan mil más. Sería aquella primera impresión en el cuerpo. Algo de lo que uno esta orgulloso a pesar que se de cuenta lo ridículo que es la idea. Eres indeleble. 

Finalmente puedo pensar que esta persona es como un viaje que hice, es una locación a la que siempre me gustaría regresar, pero esta: lejos, no tengo visa, la cotidianidad me lo impide y me da miedo regresar por sus calles ya que puede que nos sean las mismas que crucé. Las ciudades tienden a evolucionar es parte de la dinámica social. Una Barcelona de inicios de siglo difiere mucho a la Barcelona actual. No es lo mismo la sociedad que veneraba a un Gaudí y al modernismo a una que admira a... bueno ni hace falta decirlo, solo con leer los diarios sabes que se venera hoy en día. No es igual la Roma medieval a la Roma UnHate de estos días. Esta persona termina siendo como los ríos, dinámicos y fluidos. Puede que sea el mismo río de nombre y locación mas sin embargo nunca podré bañarme en sus mismas aguas dos veces. Es un viaje que nunca olvidaré pero es uno que ya fue. Eres inolvidable. 

La persona que cree en mí, está en las potencialidades de muchas personas. Espero llegar a conocer a esta gente y que ellas me conozcan. De nada sirve aprender de alguien si ellos no aprenden de ti. Espero que existan aquellas representaciones del arquetipo que fue para mí. Ya sin darle más largas, esta persona fue inspiración y tormento. Esta persona simplemente eres tú.








viernes, 4 de noviembre de 2011

Del esfuerzo y sus consecuencias

Hoy quiero hablar acerca del esfuerzo. Para la Real Academia de la Lengua Española este significa:

1. m. Empleo enérgico de la fuera física contra algún impulso o resistencia. 
2. m. Empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir algo venciendo             dificultades.
3. m. Ánimo, vigor, brío, valor.
4. m. Empleo de elementos costosos en la consecución de algún fin.

Realmente es la forma de describirlo, no podría explicarlo mejor. Sin embargo si puedo contextualizarlo a mi realidad, a lo que pienso que esfuerzo significa y sus consecuencias en mi vida.

El esfuerzo es aquella única cualidad que cambia y define nuestra vida, por acción u omisión. El esfuerzo es la tinta en la historia de nuestra vida. Con este podemos llegar hacia donde queremos, alcanzar nuestras aspiraciones o simplemente vivir sin él.

No es categoría que conlleve a un juicio de valor, solamente es un hecho. ¿Te esforzaste o no? no hay nada bueno ni malo en decir "He pasado toda la vida esforzando, luchando contra el impulso o la resistencia de mi entorno" ó "Ni me interesa saber de que me estas hablando, nunca he dejado de ver tele". Cada uno se define mediante el esfuerzo que haga o que deje de hacer.

Mi proyección de la vida ha sido trabajar y esforzarme, me gusta el sacrificio, me gusta tener metas, me gusta preguntarme "¿hacia donde voy?". Pero esta última respuesta me evade a cada rato. Soy un despistado que no sabe lo que quiere... claro, no es siempre, ya que hay otras ocasiones en las que mi determinación es tal que pueden haberme tildado de "loco, piloso, sin vida, perfeccionista, clavado o perdido."

Con el esfuerzo llego hacia donde quiero ir. Es exactamente el reflejo de la voluntad. ¿Mi voluntad es mas fuerte que mi entorno? ¿puede mi voluntad vencer o doblegar las resistencias contra las que me enfrento? ¿tengo el carácter para vencerme a mi mismo en busca de un mejor "yo"? esas son las preguntas que revelan el carácter y el esfuerzo, no escribir acerca de este en un blog.

Podrán decir: "Este loco como se contradice, parece que ni el se quiere", y puede que tengan una veta de verdad en sus palabras, pero lo hago para concientizarme cada vez más de lo que tengo que mejorar. De lo que quiero lograr, me ayuda a poner las cosas en perspectiva. Siento que es algo que todos, en algún momento, nos toca hacer. Es imposible pasar por la vida sin siquiera preguntarme a donde voy. Aún la persona más dependiente y sumisa tiene que tomar una decisión muy personal por encima de todos los demás.

El esfuerzo para mí significa estudiar un viernes en la noche. Entrenar extra porque jugué mal y decepcione la confianza que mis amigos tenían en mí. Estudiar a costa de salir o dormir. Decirles a mis papás "me iré temprano y no vendré a dormir porque tengo que estudiar". Levantarme temprano solo por creer en el dicho "a quien madruga Dios la ayuda". Dejar mis cortinas abiertas durante 2 semanas -y contando-para despertar con el sol en la cara. En fin son tantas cosas que uno puede hacer o dejar de hacer. Y esto es lo peligroso. Cuando el esfuerzo, la conciencia y la auto realización se juntan y se contradicen la una con la otra; cuando no hay congruencia.

Sí hago un esfuerzo porque mi conciencia y mis valores me los dictan pero mi sentido de auto realización sabotea mi conducta, puedo asegurar que fue un esfuerzo sin resultado, sin proyección, sin visión. Mientras que si mi conciencia y mis sueños son altos pero no realizo esfuerzo alguno para alcanzarlo, llegaré a un punto de frustración ya que por más que anhele algo nunca lo lograré porque no me esfuerzo, porque las fuerzas sociales que crean resistencia a mi potencialidad son más fuertes que mi deseo por superarlas.

Ahí en ese estado es donde mueren los sueños y al morir los sueños, muere parte de la humanidad de cada uno. Es similar a lo que leí en una frase allá por el 2004: "la inteligencia sin ambición es como un pájaro sin alas", que gran verdad. No podemos vivir en un mundo monótono debemos darle a este sorpresas que nacen de nuestras propuestas y de nuestro esfuerzo por querer alcanzar las metas que me definirán en el futuro.

Hoy por hoy me siento satisfecho de unos esfuerzos, de un cambio de actitud que lo pude dar gracias a los consejos de un Licenciado en Ciencias Jurídicas -y uno de mis mejores amigos- y una estudiante del Derecho -quien dentro de sus locuras ha sido de las personas más oxigenantes que he conocido-. Ahora siento que le pude dar dirección y sentido a mi "vector" de esfuerzo. 

Pero como esto del esfuerzo es una actitud global que demuestra el carácter, es necesario cerrar el círculo su círculo. Llevarlo realmente a niveles de sacrificio, entrega que abarquen todos los aspectos de la vida, y no solo esforzarme en unos y en otros no; aquí es donde visualizo mi meta.

Las mieles del esfuerzo sin duda son la sensación más dulce para todo aquel que muere o se desvive por algo. Sin duda es sinónimo de justicia, ya que siempre, siempre trae resultados de igual proporción al esfuerzo realizado. Esforzarse por algo es cambiar la vida que uno tiene por la que uno quiere, sin importar el resultado.

Dejaré de llenarme la boca con palabras ya que estas solo valen cuando se transforma en acciones.

"Esfuerzo: es el empleo enérgico del vigo o activida del ánimo para conseguir algo venciendo dificultades"

jueves, 27 de octubre de 2011

Brisa de Octubre

-¿Vas para la U?
-Mmm no, pero paso cerca. ¿Por qué?
-Para ver si me dabas ride. Vivo ahí una cuadra antes del semáforo, el que va a salir por la iglesia, ahí por los licuados.
-Ahhh ya ya, chivo no hay problema venite conmigo; ¿Quién mas va para allá abajo? -ojalá que nadie así me voy solo con ella-.
-¡Danos ride a mí y a aquel maje a la U!, es que tenemos clases de emprendedurismo; que weba ir a clases. Tal vez nos quedamos por ahí cerca, igual esa materia es pura paja.
-Va esta bueno. Apues mira los voy a pasar dejando a ellos primero ¿no hay problema vea?
-Para nada.

En el carro íbamos hablando de como había estado el entreno, las expectativas que teníamos con la final y de amigos que no estaban. Tras quince minutos ya se habían bajado los dos "mata trip". Pensandolo bien me hicieron un favor, con esos dos a la par seguro sobresalía, más de la cuenta -espero-. 


La fui a dejar, y me despedí como aquel que no quiere irse. Trataba de encontrar una leve señal, esa clave en sus gestos, miradas, sonrisas o en lo que me decía, que una vez descodificada dijera algo como: "salgamos, platiquemos, no te vayas, te quiero". 


La búsqueda fue en vano, hasta el preciso momento en el que ella cerró la puerta
-Mira, si vas a entreno mañana ¿crees que me podes dar ride? es que no quiero faltar. Siempre necesito hacer algo bueno por mi día.
-Si vos, con gusto. ¿Paso por aquí mismo o como le hacemos?
-Yo te hablo, creo tengo tu número, salu.

Termino de decirme eso y se fue, vivía como a cien metros de donde la deje. Y la vi en su caminar al ritmo del Blues mas pegajoso que alguna vez oí.  Me quede con las luces intermitentes haciendome como el que busca algo y no lo encuentra, solo para hacer tiempo y mirarla de reojo. Quería verla, era un show. En mis adentros estaba reventando "cuetes", como parroquia de pueblo en Domingo de Resurrección, solo por saber que seguro la veo mañana.

Ese fue el inicio de una historia que algún día la escribiré completa. Hoy solo quiero recordar ese octubre, esos aires de cambio ese sentimiento de libertad y aventura que esta mujer me dio.

Fue una aventura, una de aquellas historias que queremos que nos pasen, de aquellos amores que te dan alas y, pese a lo efímero que deben ser, no dejan un mal sabor de boca. Fue un romance de octubre.

Era la mujer más independiente que he conocido, ella no le tenia miedo ni al compromiso ni a la falta de este. Sabía lo que quería y por eso nunca la pasaba mal. Era demasiado alegre, sincera, sencilla pero misteriosa; la combinación perfecta. Sabia que me decía la verdad, pero también sabias que omitía mucho. Omitía cosas pero nunca fue importante, era demasiado perfecto lo que teníamos.

"The Wall" fue el soundtrack del mes. Pink Floyd y sus intros silenciosos de treinta segundos por canción eran y siguen siendo buenísimos para imaginar las utopías de enamorados o idealistas; que rico que soy un poco de cada uno. Este álbum lo gozo de manera especial: lo vivo.

Fotografía: Ricardo Flamenco
,http://www.flickr.com/photos/carelo_photography
Recuerdo una noche, que hacia un frío de los que solo se sienten en octubre. Era tanto el viento, que obligaba a toda pareja -sin importar su composición- a buscar calor entre ellos. No daban ganas de salir pero ambos queríamos probar que el viento no nos iba a detener. Ibamos caminando, lado a lado, hablando por momentos y callando por ratos, nos encontrábamos por las calles de la Nueva Teresa. En nuestro andar siempre  procure quedar a la orilla de la calle ya que es una gesto de caballerosidad -mi padre me inculco una amplia gama de estos-. Lado al lado nos propusimos que el viento no pasaría entre los dos. Ibamos como enredados, desde las manos hasta los hombros, no se ella pero yo iba con una sonrisa de niño en su primer día de vacación. 


Yo era feliz y eso bastaba para ella, siempre creí que veía en mí un niño bueno y tierno, aunque yo tratara de aparentar lo contrario. Verme así de feliz se que le agrado. Es de la felicidad que se irradia rápido.  
 
A pesar de que ya habían pasado repetidos encuentros, bien recuerdo una vez que todavía no creía como o por que ella se fijó en mí y mucho menos que le gustará estar cerca mío, por lo que le pregunte 
¿Mira... como va todo entre nosotros, estamos bien, queres que mejore en algo?, no se decime
Casi casi le estaba pasando un formulario de quejas y reclamos. Nunca imagine lo que me iba a contestar, no estaba en mis planes, solo dijo:
-¿He dicho que algo esta mal?
-No.
-¿Entonces?
Y se dirigió a mis hombros y me abrazo. El frío y el viento que grandes amigos son para estos eventos.

Lo nuestro no tenía hora. Ella era como el sol, me hacia despertar cada vez que la veía. Once de la noche y empezaba nuestro convivio. Otros días por la mañana estábamos escribiendonos, no éramos nada cursi ni controladores solo nos gustaba suspirar con el otro. Lo que acabo de escribir suena extraño, suena a pretensión mía por sonar interesante escribiendo cosas que ni tienen sentido solo para que se lean rebuscadas e importantes, pero no. Ella así era. No era terrestre, era celestial. Me cuesta creer como no tenía alas, pero no por hacerle cliché a lo angelical que era o a la propaganda del toro rojo. Ella volaba, en todo. Una gracia que la rodeaba. Me siento hasta pasmado para escribir su recuerdo. Me ataranto. 

Perdonó imprudencias como las de un amigo que una vez la presento a otros como mi novia, cuando no era un termino que alguna vez se nos cruzo. Perdonaba la voz tímida que por momentos se me salía, esa voz que de hombre no tiene nada, que no inculca ni el mínimo gramo de testosterona, aquella que yo me esforzaba por disimular, ella lo perdonaba y lo percibía como lindo, me sentía el niño gordito que fuí me sentí cómodo.

Si me pongo a recordar cada momento no terminaría de redundar en lo bueno que era. No la he descrito ni pretendo hacerlo, este recuerdo es mío y solamente mío. Les comparto el sentimiento nada más.
 
Por antonomasia lo nuestro tuvo que acabar, nadie dijo nada solo acabo. La Vieja Señora y una extraña oferta familiar me separaron, luego su Tío le hablo, le ofreció cielo y tierra; más que eso, le prometio alejarla de sus únicos problemas, aquellos que le pesaban y de los que no hablábamos mucho.
 
Ella voló y fue ahí donde supe que era una brisa, en todo el sentido de la palabra. ¿Como pude obviarlo? Todas las señalas estaban ahí. Era dulce y fresca, una mano amiga cuando las cosas están estancadas, alejó de mí una nube de arrepentimientos y dudas, era graciosa y femenina -justo así como imagino las brisas-, siempre libre sin nada gravedad alguna que la hiciera caer, tomaba vuelo adonde quisiera y por los motivos que fueran, era una fuerza de la naturaleza y un amor que pasa pero nunca se olvida; ella fue y seguirá siendo libre, ella fue y seguirá siendo una brisa en mis vientos de octubre.

jueves, 20 de octubre de 2011

Derecho de piso

En muchas ocasiones y desde que intento hacer algo extra en mi vida, he oído la frase "hay que pagar derecho de piso". La primera vez que la oí fue en la connotación de consejo que mi padre me daba. El me dijo que no me desesperara por alcanzar inmediatamente el éxito, que todo iba a llegar a su debido tiempo, mas sin embargo me aclaro que a pesar que el éxito no viniera eso no quería decir que iba a dejar de buscarlo. En ese momento el éxito era quedar en el equipo de basketball de quinto grado. Me dijo que "podía ser que pagara derecho de piso" -mi padre ha sido siempre especial conmigo, sabia que la vida me iba a dar una lección pero no quería dejarme ir el "portazo" tan duro-.

En efecto, el tuvo razón y pague derecho de piso, quede en el equipo ya que realmente no quede en el equipo pero tras un insípido merecimiento -eran 10 y habíamos 2 más que queríamos jugar, el cupo era de 12- conseguí mi camiseta que me hacía jugador nominal del equipo.

Luego me toco pagar derecho de piso con el amor. En este no recibí mucho consejo pero porque siempre fui demasiado reservado. En octubre del 99 -mismo año que la experiencia con el equipo- un amor de colonia floreció en mí.

Era la niña más linda que había visto, en ese momento era mucho más alta que yo, era muy femenina, bastante inteligente y, que decir, tenía una cara de ensueño -salió la sonrisa que siempre trae su recuerdo-.

En esta ocasión no descubrí que pague derecho de piso sino hasta meses después del suceso. Ella había migrado a EEUU y desde allá mando una carta a puño y letra -práctica que actualmente hemos discontinuado por no creer que la perdimos-. En la carta mandó saludos a todos los del pasaje, les dedicó palabras de cariño y aliento y luego, cuando era mi turno de la afectuosa dedicatoria, solo me dijo una frase: "Al niño negrito que vivía enfrente, espero nunca volverlo a ver" ¡¿Que hice yo?! ¡¿Porqué tanto odio de unos niños de 10-12 años?!

Tras ese episodio busque asesoría, esta vez en mi madre. Me aboque a ella ya que me había dado un consejo para el amor: "Tratá a la niña que te gusta como tu mejor amigo", un consejo muy cierto pero lastimosamente llego a un error !!!FATAL!!!. Pobre niño descontextualizado, el que solía y muchas veces suelo ser.

Un niño de esa edad trata a su mejor amigo como la peor persona del mundo, es en el con quien se aprende a usar las malas palabras, al que le escupís y buscas emplear todo el repertorio de mañas, golpes, trucos que has visto en la tele o que tus primos te han enseñado por buenos, malos o estúpidos que sean. Por tanto -y para no darle largas al asunto- hice exactamente eso con ella. Lo cuál llego a un "espero nunca volverlo a ver" y a pagar otro derecho de piso uno con el amor y con la contextualización -por cierto no los he dejado de pagar-.

En fin uno de los más recientes pagos que hice fue al empezar a trabajar. Que te digan "hayyy niño, es que en el trabajo la cosa es así" "ya no estamos en la U, aquí tiene que ser más chispa no busque inspirarse: haga!". Todas esas frases que me dijeron sirvieron y tienen toda la razón.

En el trabajo llegue como todo joven economista de la UCA que llega a un lugar: Con ganas de cambiarlo todo porque siempre hay una mejor y más ética manera de hacer las cosas. Casi casi que llegue y quería organizarnos en un sindicato para exigir mejores derechos y ofrecer una mejor calidad de trabajo basado eficiencia y productividad a través de la innovación tecnológica pero sin que llegaran a tocar un cinco de nuestro salario.

Esas eran ideas que todavía persigo, pero la experiencia me da contexto. Aprendí que por mucho que quiera innovar y cambiar las cosas no podré a menos que las viva y las conozca de primera mano. ¿cómo cambiar un proceso si no se que es lo que hace bien o mal para el funcionamiento de la empresa?.

La mera observación no siempre es la mejor herramienta para alguien que busque cambiar su realidad. Es experimentando en carne propia cuando de verdad podemos dar nuestra opinión acerca de algo.

Que difícil aprender esto a esta edad y siendo un estudiante de economía que ha vivido planeando la utopía durante 6 años. Es hasta que somos honestos y aceptamos que vivimos en una realidad bastante lejana al origen del problema cuando podemos tomar nuevas decisiones, evaluarnos y seguir adelante con nuestro plan de vida o modificarlo.

Me pica la lengua por hablar en plural pero no se puede, hablo solo por mí -quien se sienta identificado que hable-. Soy una persona del decil más rico de la población, se que hay una gran diferencia entre el centil uno y los 99 restantes -comentario que abunda allá en el #OccupyWallStreet- y se que mientras no vaya al interior del país a convivir y pasar lo mismo de lo que pasan las personas que tienen un ingreso menor a $2 diarios no podré hacer algo para que cambia su realidad de raíz. Ahora entiendo el insulto/comentario de los estudiantes de la UES: "los pequeños burgueses de la UCA". Miremos a todos nuestros políticos que, a pesar de que pueden provenir de las realidades mas humildes -hago incapie en el pueden- ahora están tan lejos de ella en su despacho de la Asamblea o Ministerio que no se acuerda bien cuales son los problemas.

Si quisiéramos resolver el hambre y la pobreza, que venga un pobre y un hambriento y nos diga que necesita. Si nos los cuenta un tercero, por muy científico que sea el análisis e interpretación, el mensaje entra a un filtro y se distorsiona. En fin jugamos al teléfono descompuesto.

El derecho de piso en este caso, lastimosamente no lo pagamos el decil más rico sino los más pobres. Acá equivocarse e ignorar la experiencia de otros no me perjudica sino que perjudica al otro, a aquel al que trato de cambiar la realidad por una mejor.

Soy duro conmigo mismo y me gusta aceptar mis errores porque ocultarlos no me trae nada. Conozco gente demasiado honesta, ética y congruente, que no imitarla sería desvalorizarlos. Psicólogos y psicólogas -en su mayoría- a los que en un momento tache de locos hoy son de mis mejores consejeros -y no porque les pago- ya que son amistades que he construido y me han sensibilizado y hecho entender que la congruencia entre mi mente y mis acciones me darán salud mental y emocional.

Espero que otros no paguen mi derecho de piso en los inicios de la vida laboral y que poco a poco cumpla mi objetivo, llegar, vivir, experimentar, analizar, proponer y mejorar la realidad de otros que sufren día a día las novateces, insensateces, sandeces y barrabasadas de los que vivimos en decil diez.


domingo, 28 de agosto de 2011

De los malos ratos.

Para mí la vida sin dolor, no es vida. El dolor y el placer, la tristeza y la alegría, el bienestar y malestar, todos dan un contraste a nuestra realidad, no podemos valorar uno sin el otro. 

Usualmente aquel que vive (o percibe) las mayores decepciones y frustraciones tiende a valorar las alegrías de manera inmesurable, les da una gran importancia y esto se debe a lo que ha tenido que padecer antes de alcanzarlas.

El vivir cosas trágicas y el percibir las cosas de manera trágicas son dos vivencias que determinan a las personas de diferente manera. Para mí, alguien que ha pasado por vivencias trágicas se vuelve una persona mucho más fuertes y a medida estas tragedias le son constantes, cada vez se vuelven mas y mas fuertes, si es que deciden afrontarlas. Uno conoce a personas realmente fuertes, a quienes les llueve sobre mojado día tras día y a pesar de eso tienen un espíritu inquebrantable. 

Ellos son mayoría en el mundo: Aquellos que sufren de hambre, discriminación, inmigrantes, mojados, víctimas de violación, desempleados con hijos y familia que dependen de ellos, marginados, etc. Este mundo esta cargado con emociones duras que a todos nos tocan vivir tarde o temprano. 

Fuente: www.memebase.com
También estan aquellos que perciben las cosas de manera trágica y que para ellos sus vidas son una constante novela de decepciones, tristezas, traiciones, injusticias, etc. Estas personas perciben la vida de una manera muy peculiar, piensan que todos confabulan contra ellos, que el Destino, el Karma, Dios o los Creadores de nuestra realidad se han obstinado en generarlos a ellos y crearles un entorno cínico y satírico en el que toda la realidad les hace burla a ellos y juega con sus emociones. Dentro de sus problemas son las percepciones que sus amigos dicen, el detalle que no les dieron cuando ellos lo esperaban, el noviazgo que nunca pudo ser, sentirse triste porque su familia no cumple todos sus caprichos, que lastima no tener un iPad, salir de la casa sin el mp3 y eso hará que pase aburrido todo el día. Cosas que pueden a ellos hacerlos sentir mal, deprimidos, que se sientan mal por todas las tragedias de la vida.

Estos afrontan los problemas con negaciones, con críticas, sin propuestas, con resentimiento y con desprecio. Estos se vuelven cada vez más débiles porque su percepción de la realidad empeora más y más. En este mundo me siento incluido. Lastimosamente me he dado cuenta que muchas personas en la actualidad carecemos de conciencia y de identidad humana y nos quedamos con nuestra conciencia social.

Mi sociedad o mi entorno es muy diferente que el entorno humano en sentido amplio. Vivo en una  ciudad Capital, voy a la universidad, tengo un trabajo en el sistema financiero, soy hombre, me alimento tres veces al día, puedo usar internet desde mi teléfono, vivo en America, no tengo obligaciones más que velar por mí mismo y por mi futuro. 

Pero el entorno humano en sentido amplio es diferente: mas de la mitad del mundo vive en extrema pobreza, no come lo suficiente en el día, carecen de acceso a agua potable, contienen mas de alguna enfermedad debido a la precariedad higiénica de su entorno, viven en Africa o Asia, la mayoría de personas son mujeres, tienen alrededor de 2 hijos a los cuales cuidar y velar por su manutención, tienen trabajo pero no empleo, los gobiernos los oprimen en dictaduras o tratados de libre comercio, viven de la agricultura y su finalidad es coexistir de manera apropiada con el medio ambiente (que les da de comer) y con sus vecinos (quienes los apoyan en las malas, ya que solos imposible).

Hay mucho que aprender de la mayoría del mundo, es necesario que minorías privilegiadas como nosotros dejemos de ver nuestros problemas sociales y nos involucremos en los problemas humanos. Identificarnos como mundo. Que la globalización no solo sea económica sino humana. 

Dejemos de percibir problemas y empecemos a resolverlos, empecemos a identificarnos a dejemos la indiferencia a un lado y actuemos. Al final es por nosotros mismos, como humanidad.

Como bien me dijo una estudiante de Medicina y voluntaria de vocación, "da media hora de tu día y podes alegrarle el día a alguien más", ese día ella me motivo mi día y todavía sigo con muchas metas en la cabeza. A trabajar de donde creamos que podamos ayudar, pero hagamos las cosas convencidos de que "un mundo mejor es posible".

miércoles, 10 de agosto de 2011

El trabajo y el empleo.

En la Universidad escuche en repetidas ocasiones que no era lo mismo trabajo y empleo, “estudie” que el trabajo era utilizar mis habilidades natas y adquiridas para generar valor para mí o para otros, por lo tanto soy una persona valiosa, ya que genero valor. En el empleo se genera valor ya que se trabaja pero trabajo para otros y estos extraen y se apropian de este valor. 


Estudiamos que la organización era la clave para cualquier movimiento social, que sin esta no existía nada concreto. A la par de la organización esta la planificación, la solidaridad, la autogestión, como bien lo sintetizo un catedrático en sus lecciones de “Economía Solidaria”.

Aprendimos que había que leer las estadísticas de maneras diferentes a las convencionales, que el hecho que exista bajo empleo no quiere decir que exista poco trabajo, que si nuestro PIBpc es elevado no quiere decir que todos recibamos lo mismo sino que hay ejes concentradores y centralizadores de riqueza. Caímos en la cuenta que en el país la única ciudad desarrolla es San Salvador pero que con trabajo, inventiva e iniciativa las demás zonas del país podían desarrollarse, y que desarrollo es mucho más que crecimiento.

Aprendimos que los tratados y las relaciones comerciales con otros países no funcionan para beneficio mutuo si estos son extremadamente disparejos en intenciones, tecnologías, riqueza, tamaño, valores, etc. También se nos abrió la mente para que la equidad de género fuera “eje transversal” en todas nuestras labores y acciones, y que no fuera un apartado extra sino que fuera un esencia de nuestro pensamiento.

A pesar de todo esto, nunca pudimos organizarnos como colegas, nunca creamos nada juntos. Habiendo tanto talento y nunca lo pudimos usar de manera organizada y con un fin único, mas que para fomentar nuestros intereses académicos. 

Ahora la mayoría nos hemos empleado pero que tanto hemos trabajado para todos los fines que aprendimos. Me imagino está en nuestros planes a futuro trabajar por estos ideales, pero qué es el presente sino la creación constante del futuro.

Me recuerdo de una frase de un catedrático, el dijo que en un estudio en Sidney, Australia, se había comprobado que a medida pasa el tiempo las personas dejan de ser idealistas y revolucionarios y se acoplan a su entorno, se vuelven menos “rojillos”. 

Yo le creo, porque no estamos unidos. En la Universidad uno siempre fomenta ideales, porque hay un grupo de gente que esta siendo guiado y formado constantemente, que se reúnen a discutir sobre los temas que van viendo en clases y que poco a poco forman el gajo de problemas que consideramos importantes para nosotros y para la sociedad. Pero de que sirvió esto si no hicimos nada.

Recuerdo otro catedrático que dijo “hoy que se gradúan, lo que les dan es el diploma para empezar a aprender” y que mejor aprendizaje que el haber fallado durante un lustro. Imaginemonos un trabajo con aplicación a la realidad que haya nacido de todos nosotros, estuviera más orgulloso de lo que estoy, porque fomentamos carácter y no solo la inteligencia.

Digo estas palabras no para hacer ECO ni para reprochar, ni para pretender ser quien no fui antes, sino que las digo para desahogarme de lo que sentí y nunca dije. Espero apliquemos todo nuestro conocimiento en cuestiones útiles, como preparar a alguien más, no solo a nosotros mismo, en actuar realmente en cuestiones de provecho para los que no son minorías como muchas mujeres que conocí en la carrera, a las cuales considero ejemplo de vida y congruencia, ellas trabajan por los demás y emplean sus ideales. 

Algún día espero que de alguien surja la necesidad de reunirse y trabajar por todos estos  ideales y brechas que en la Universidad nos fomentamos. La necesidad es la madre de la invención y por eso hasta que de verdad necesitemos comprometernos, buscaremos la forma de hacerlo. 

Gracias por todas las experiencias vividas y por los gratos e ingratos momentos. Gracias por las bondades y las cabronadas que me hicieron, fui feliz todo el trayecto y sigo siéndolo a pesar de estar un poco desanimado. Les felicito por el Mérito alcanzado y espero lo compartan con mucha gente a lo largo de sus vidas. Espero más que nada que esta etapa no haya sido la más feliz y la más grata de toda su vida, ya que de serlo así que poco aspiramos a vivir.

Un brindis por los graduados y por los que eventualmente llegaremos.

"Pero aquí abajo abajo, cerca de las raíces, en donde la memoria ningún recuerdo omite, hay quienes se desmueren, y hay quienes se desviven, y así entre todos logran, lo que era un imposible, que todo el mundo sepa, que el sur también existe"
Mario Benedetti 
   

viernes, 5 de agosto de 2011

Orgulloso y celoso los veo partir

Ahora solo me queda decirles, hasta pronto y que tengan un buen viaje, pero no es exactamente las palabras con las que me quiero quedar. Muchas veces he visto en las películas momentos claves en los que la trama se enrolla o se desenlaza y los actores dicen palabras celebres y claves que todos recordamos, hoy no quiero ser ni celebre ni eterno en sus memorias, pero seré honesto conmigo y con lo que quiero decirles.

Después de 5 años se presenta una oportunidad única para ustedes, y para mí, ambas han sido por lo que se ha luchado, sacrificado y soñado. Hemos pasado tanto tiempo en nuestro respectivo escenario, preparando el show que todos han esperado. Tras años de preparación uno que otro logro y muchos más fracasos llegamos a lo último a un peldaño único que irónicamente solo es el comienzo de nuestras metas y de nuestros sueños. Uds. van a Guatemala con el equipo y yo me quedo trabajando en el final de mi carrera.

Me quedo deseándoles lo mejor y añorando que traigan gloria para ustedes y buenos recuerdos a todos aquellos que alguna vez militamos entre sus filas, pero ante todo que les deseo y les obligo a que vengan satisfecho del trabajo que van a hacer. No quiero oír de ninguno de Uds. las frases "Si hubieramos hecho esto...", "Aquel hizo una mala jugada...", "Por la culpa de....", "Es que la Mara....", "Es que el Coach ya la caga..." NADA! Acá no haya excusas van a trabajar y van a regresar satisfechos, su meta es sentir que no pudieron hacerlo mejor, que se entregaron a pleno, sino -y aunque suene dura la expresión- NI SE MOLESTEN EN IR, el equipo no se creo en base a los huevones, esa no es la mística. 

Si quieren aprender de alguien que merece cada parte del viaje, que trabajo mas que nadie y quien se que hará el torneo de su vida, pregunten a Ernesto "El Cuñado" Nuñez. El les sabrá decir lo que significa trabajo, dedicación, entrega y sacrificio por el equipo, el sin duda ha luchado contra todos sus demonios y los ha vencido para estar donde está. El es un ejemplo de lo que todos debemos de hacer, entregarnos de lleno y no pensar en nada más. Desde el momento que parten hasta el momento que regresen concentrense en la competencia, porque no es un viaje, no son vacaciones es una competencia y que no se les olvide. 

Tengo Fé en Ud.s en su trabajo y en que lo harán de maravilla, son un equipo que mezcla juventud y experiencia (a pesar que la brecha máxima entre unos y otros es de 5 años), mezclan fuerza y finesa en sus jugadores, una versatilidad de estilos pero que a pesar de todo encuentran la armonía que se requiere para ganar y gustar. 

Les mando un abrazo y les deseo éxito, en verdad me quedo acá orgulloso y celoso de la experiencia que tendrán pero tengo el sentimiento que lo harán mejor que cualquier otra combinación de jugadores. "Somos los que estamos y estamos los que somos" quedense con esa frase y espero oír de Ud.s 

martes, 26 de julio de 2011

Antes de un Partido.

A dos horas y media antes de disputar un partido y me siento nervioso, es algo que en mis 8 años de jugar competitivamente nunca he dejado de sentir. A esta altura del día no puedo pensar en nada más, para mí el trabajo ya termino, a pesar que me falte una hora. Pienso en como estará el partido, como reaccionaremos como equipo, si estamos realmente preparados o no.

Pongo en tela de juicio todo mi esfuerzo hasta ahora, toda mi experiencia y si será suficiente para alcanzar la meta. Me envuelvo en el partido, desde ya. No hay experiencia aquella como la "incertidumbre de la competencia" aquella en la que compararemos trabajos, estilos, formas de ser y jugar el baloncesto. Si la táctica y la estrategía son adecuadas, si andarán en su noche o nosotros andaremos en la peor de nuestras noches. En fin hago todo lo posible para NUNCA sentirme favorito. En mi mente solo trabaja el Abogado del Diablo quien juzga todo mi trabajo, mi desempeño pasado y mi condición actual.

Por momentos llego a perder el partido en mi cabeza y es entonces cuando reacciono que no lo voy a permitir, que pase lo que pase mi espíritu no dejará de pelear ninguna pelota. Es entonces cuando me hierve el corazón. Cuando no aguanto imaginar que me arroyen y no hacer nada al respecto, cuando la impotencia no es excusa para que el valor, el autorespeto y las ganas de ganar florezcan y desee ganar.


El León puede ser abatido pero nunca vencido,
viva el León Jodido.
Es entonces cuando imagino en mi mente a mis compañeros, que todos han dado hasta el último de su esfuerzo y por tanto yo no me permito aflojar ni un segundo. Es cuando me imagino al rival queriendo humillarme sin la mínima cuota de espíritu deportivo, sino que me quieren destrozarme, humillarme solo por ser yo. Es cuando todo lo tomo personal y nada ni nadie es más ni menos que yo.

Cuando todo esto entra en mi mente y entro a la duela, ya no tengo ninguna duda de que jugaré con todo mi espíritu y mi corazón, no me importa si jugaré bien o mal, eso que lo decidan otros, pero jugaré con todo lo que puedo dar.

Ser pesimisita y perder un juego en mi cabeza antes del partido me hace estar preparado, ya que no hay manera alguna que deje que eso vuelva a suceder. El León puede ser abatido pero nunca vencido.

Es hora del juego.

miércoles, 20 de julio de 2011

Indignado... ¿de por gusto?


Movimiento #indignadoSV;
Salvadoreños en Protesta a la Aprobación del decreto 743
Vivo en una realidad que por momentos no la quiero. Es una realidad sin identidad, parece que nacimos y creamos una generación sin nada por lo que pelear, sin nada por lo que revelarnos, como que "todo nos parece bien".

La juventud, siempre se opone a lo viejo y no por ser de carácter antagónico sino simplemente por no congeniar. ¿Cómo explicarle a un joven lo previamente establecido y como hacerle entender a un mayor que hay diferentes formas de pensar y de vivir que son mejores a las que el concibe? Esos son dilemas de todo cambio generacional en cualquier grupo de convivencia social, sea en un equipo de Basketball, en un trabajo, en la Universidad y en el mismo hogar.

Pero la realidad no me gusta, me abate pensar en tanto problema y ni una ni otra reacción. Me siento indignado, pero al final es conmigo mismo, porque soy parte de una generación que enfrenta una realidad dura, de contrastes inmensos, de mundos virtuales y mundos reales y a pesar de todo no he hecho ningún acto de rebeldía ante esta realidad que me molesta.

Por momentos me escondo en el mundo virtual, en los libros, en los amigos, en las mieles que existen en la realidad que me desconcentran del mundo real. Hay otros momentos en los que me creo tantas excusas para no actuar, como la factibilidad y el éxito de mis acciones (algo que reflexione en la publicación anterior) que prefiero no actuar, como dicen "Mucho ayuda el que no estorba". Y por último hay unas ocasiones en las que quiero simplemente desahogarme de lo que siento del mundo real en el mundo virtual (entradas en mi blog, frases pensadas en el twitter o comentarios oportunos en Facebook).

Movimiento Pacífico 15-M en España.
Al final me indigno por gusto, ya que con eso no soluciono nada, con eso solo hago mas grande el problema de mi generación: La Apatía y la tibieza en las acciones. Pero no seremos pesimistas, que es lo peor que podríamos ser, actualmente hay germinaciones de movimientos sociales que nacen de los jóvenes, que están dando de que hablar y que están conectando el mundo virtual y el real, a manera de hacer eco en uno y participación en el otro; movimientos como el 15-M  en España o #IndignadoSV en El Salvador.

Masifiquemonos, hagamos eco, denunciemos en nuestros círculos y redes sociales todos los malestares sociales, que amigos que no leen los diarios o no están al tanto de las noticias nacionales poco a poco, y por la curiosidad inherente en cada joven, se enteren de lo que pasa, se indignen conozcan y lleguen a un punto en el cual solo podrán actuar.

Tomo ánimos y animo a todas aquellas personas, twitteros, facebookeros, bloggeros que sigan escribiendo, pensando y actuando para cambiar nuestra realidad.

lunes, 18 de julio de 2011

Viviendo el sueño.

En el mundo hay tres clases de personas, aquellos que viven, aquellos que sueñan y aquellos que viven sus sueños. Los primeros puede que sean personas exitosas, ya que dentro de sus aspiriciones no hay nada que desborde su realidad, hacen exactamente lo que pueden hacer y no ven hacia el futuro, no ven nada más de lo que sus ojos observan, no hay ambición, ni desvelo, ni sacrificio, ni buscan por trascender.

Mientras que los soñadores, son aquellos en los que todo esta mal todo el tiempo y a pesar de eso ellos tienen la solución, ellos saben que hacer, saben como hacerlo y saben lo que se necesita para hacerlo. Pueden vislumbrar las mas adversas situaciones y afrontarlas, imaginariamente, de la manera mas pragmática e idonea, pero todo lo tienen en sus mentes.

No ponen manos a la obra, tienen un gran miedo a actuar ya que no quieren fracasar, son tantas sus aspiraciones, es tan perfecto su plantemiento y es tan unanime y aceptado su opinion que nadie nunca se atrevería a cuestionarlo, pero en la vida real nunca podrá ser como sus sueños, jamás una obra puede conseguir tal grado de aceptación generalizado y ser buena (de calidad no de moral). Para que alguien disfrute del trabajo es necesario que pase la adversidad, la crítica, el desprecio de muchos, la aceptación de pocos. Alguien que no acepte el rechazo o que busque en su actuar la aceptación social, lo mejor que puede hacer es por soñar e imaginar que todo salio bien a la primera. Estos Soñadores nunca hacen nada por si mismos ni mucho menos por los demás.

Son los que viven sus sueños los que entienden la dificultad de ponerlos en marcha y aún en la marcha no tienen miedo, pereza o desilusión en mejorarlos y soñar que pueden ser más. A pesar de las críticas y de las desventuras, con las fuerzas obtenidas de la flaqueza, la realidad y las dificultades y con la esperanza que todo saldrá como lo soñado, son estos quienes se dedican a actuar. Son estos a quienes se les critica y elogía, son estos a quienes oímos y a quienes leemos, son estos quienes tomaron las riendas de sus vidas e incluso manejan las nuestras ante el desinteres o soñolencia de quienes solo viven o solo sueñan.

Ser alguien que vive sus sueños es amar lo que se hace y hacer lo que se ama. La vida sería dura pero gratificante, nunca tendrían sueño o cansancio, pues pasaran trabajando e imaginando en un mundo de dificultades moldeadas por las coyunturas reales y por sus mas locas ideas.

Estas personas están mas alla de lo bueno y lo malo, son estos quienes definen lo bueno y lo malo. Hoy por hoy hago una última reflexión, para alguien quien es solo un soñador, parte de su tibieza no es solo el miedo, la especulación sino también los deseos de ser reconocido, la fama! la Fama que destruye hogares, que destruye relaciones y mas importante que destruye sueños ya que el sueño, muchas veces, descansa en la fama.

Nunca dejemos de Soñar y mucho menos de hacer las cosas. Intentar, fallar y volver a intentar son lo que harán de nosotros mejores personas.